Leyenda de la Amazonia peruana
En la región de la selva, en el Perú, hay unos pajarillos de plumaje negro y amarillo, que anidan siempre cerca de los pueblos o de las haciendas y cuyos cantos son imitativos, confundiéndose con el llanto de los niños, con el parloteo de las mujeres y con el silbar de los chacareros.
Este pajarillo tiene su leyenda.
Se cuenta que en un pueblecito de la selva, vivió un niño que vestía invariablemente pantalón negro y blusa amarilla. Era un parlanchín y gustaba de repetir cuanto oía, enterando a todos los vecinos de lo que decían los demás, y muchas veces hacía burla de las gentes, imitándolas y haciendo chanzas de sus debilidades.
Estas imitaciones y bromas desagradables le atrajeron la antipatía y la mala voluntad de su pueblo.
En una ocasión, el niño habló mal de una vieja vecina, diciendo que era una bruja y que cabalgaba alguna noche en una escoba. Esto llegó a oídos de la anciana, quien decidió al momento darle un castigo, ya que no era posible corregirle. La vieja no era una bruja, era en realidad un hada disfrazada de campesina.
Efectivamente, el hada sorprendió al niño solo, en el campo, y cuando lo tuvo cerca, le dio un golpecito en la cabeza con su varita mágica, convirtiéndolo en un pajarillo, que conservó en su plumaje los colores con que iba vestido siempre.
El pajarillo conserva los mismos hábitos del muchacho; sigue propalando noticias. Cuando canta el paucar se dice que anuncia cartas, visitas o buenas noticias.
A continuación observaremos el desarrollo de la sesión de clase.
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